viernes, 22 de enero de 2010

AUGUSTO BRACCA: El llano y la ciudad en un mismo corazón

Ponencia presentada en el
II ENCUENTRO NACIONAL DE LA CULTURA LLANERA JOSÉ LEÓN TAPIA
BARINAS, 10 AL 13 DE DICIEMBRE DE 2009
EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÒN DE LOS 150 AÑOS DE LA BATALLA DE SANTA INÈS Y HACIA LA CELEBRACIÒN DEL XI SIMPOSIO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE LOS LLANOS COLOMBO-VENEZOLANO.

Alberto Díaz


La Trinidad de Orichuna, pequeña población enmarcada en las tierras apureñas, más específicamente, en la región del alto Apure, donde las brisas del río Arauca, río que sin querer divide políticamente dos países, pero que a la vez los baña y los une, refrescan las mañanas llaneras, ese es el marco que vio nacer un mes de septiembre del año 1.918 a un niño, hijo de Juana Bracca, que se convertiría con el correr del tiempo en uno de los más fructíferos compositores que ha dado el llano, este llano total que compartimos Colombia y Venezuela me refiero a:

Augusto Bracca

Augusto Bracca desde muy pequeño es llevado a Caracas, la capital venezolana, “la sucursal del cielo”, como siempre lo menciona don Augusto en la amena conversación que sostuvimos en la casa de una de sus sobrinas en Guasdualito, donde vive actualmente, en oportunidad de estar cumpliendo 91 años.

Es en Caracas donde transcurre gran parte de su niñez, entre el oficio de pregonero y de vendedor de carbón junto a su padrastro; muchos de sus mejores recuerdos los tiene de esa época donde creció junto a la pujante ciudad.

Ya de adulto, nos comenta, trabajó durante 18 años conduciendo un autobús de la ruta Catia-La Rinconada, es ahí donde junto al contacto con la gente y con los paisanos llaneros que vivían en la ciudad y que por naturaleza se buscan y se juntan, comienza a componer sus canciones que poco a poco se convertían en éxitos en las voces de los mejores cantantes de ese momento como Ángel Custodio Loyola, de quien don Augusto guarda los mejores recuerdos de la amabilidad con que siempre lo trató, de Juan de los Santos Contreras “El Carrao de Palmarito”, Eneas Perdomo, el Zaraceño Royman Meza, quien graba por primera vez “Traigo polvo del camino” y muchas otras figuras que en esos momentos brillaban en el universo de la música del llano, por cierto, que fue para esos tiempos cuando una verdadera embajada llanera se tomó a Caracas, encabezados por José Romero Bello, entre otros, y que desde diferentes emisoras como Radio Difusora Venezuela con “Brindis a Venezuela” y Radio Rumbos, y su “Festival Criollo”, difundían en vivo, el bello folclor llanero, que luego se convertiría, gracias al tesón y empeño de ese grupo de llaneros, en el folclor nacional de Venezuela. A mi entender se pelearon y aún siguen haciéndolo en su corazón: el amor y el agradecimiento a la ciudad que lo vio crecer y el llano que lo vio nacer.

Este es el motivo, entre otros tantos, de este trabajo, resaltar algo que me ha llamado poderosamente la atención: Como dice don Augusto en la entrevista que le realizamos, desde muy pequeño se lo llevaron de la tierra que lo vio nacer, pero sin embargo, no pudieron sacar de su corazón el amor por las cosas bellas del llano, esas cosas sencillas, hermosas que con maestría versea don Augusto en sus canciones, canciones plenas de poesía, con una capacidad descriptiva única, difícil de igualar y música sencilla, lo que sin duda es el secreto que muchos cantantes y compositores no hemos podido aprender, porque mientras mas sencilla es la música, mas fácil es de interpretarla, no solo para los músicos sino para los interpretes.

En esto otro, no se si ustedes comparten conmigo, pero el dicho popular que dice “no se es de donde se nace sino de donde se lucha”, pierde en Augusto Bracca, toda la verdad que pueda tener, nace en el llano, desde pequeño es llevado a la capital, pero repito, en su corazón se quedaron para siempre los amaneceres llaneros, los atardeceres, el palito e´ merey, el mejor caballo que ha nacido en el Apure, el polvo de los caminos, secos por el ardiente verano llanero, el manguito dulce, el camino real por donde siempre paseaba, el amorcito de su vida, el beso de la despedida, el rancho llanero, el chaparralito llanero, la luna de Arauca, la muchacha linda, el adiós a su llano apureño, y a mi entender su obra magistral: “Mi llano es un paraíso”.

En los años sesenta, bien llamada la época de oro de la música venezolana, cantantes como María Teresa Chacín, Mario Suárez, Alfredo Sadel, Héctor Cabrera, voces llamadas clásicas, interpretaron canciones de Augusto Bracca; los mejores arpistas tuvieron la oportunidad no solo de acompañarlos sino también de hacer arreglos a las bellas canciones, lo que junto al cantante resultaban verdaderas joyas de la canción venezolana, también por esos días, comenta don Augusto, lo vinieron a buscar de Ciudad de Méjico para que participara en una película que iban a realizar con su tema “Amorcito de mi vida”, donde actuaría y naturalmente cantaría Jorge Negrete, pero por estar trabajando en los buses municipales no pudo ir, pero que sin embargo le grabaron su canción.

En los años setenta cuando nuestra música es relegada a los horarios de la madrugada, por la influencia de los llamados Disjockeys, y la actitud muchas veces pasiva y otras de alcahuetería de los dueños de emisoras, quienes inclusive, nos vendieron la versión: “esa música es buena escucharla solo en las madrugadas”, cantantes como José Catire Carpio, Jesús Moreno, Francisco Montoya y otros sobrevivían en las rokolas y en esos programas mañaneros, con muchas de las canciones de Augusto Bracca.

En los ochenta con el polémico decreto del uno por uno, que tras larga lucha logramos que fuera promulgado por el ejecutivo nacional, son Reina Lucero y Cristóbal Jiménez, quienes luchan para alcanzar nuevamente otra época de oro de nuestra música, junto a un fenómeno musical que irrumpe en esa década: Reinaldo Armas, y son también las canciones de Augusto Bracca, parte del repertorio de estos cantantes y de todos los que nos montamos en ese tren.

En el año 2007, cuando hemos visto pasar tres generaciones de cantantes surgen Mayra Castellanos con una agradable recopilación de canciones de Augusto Bracca y don Gustavo Márquez quien se ha convertido en el bastón de apoyo de este juglar en sus últimos días en Guasdualito, recogiendo y plasmando de nuevo sus canciones en el formato digital.

Sus composiciones sobrepasan las 300 canciones, casi todas grabadas por artistas nacionales y algunas por artistas internacionales, realizó para el sello disquero Cachilapo la grabación de un larga duración, como se llamaba entonces a los discos de vinilo, interpretando sus canciones.

Pienso que no se le ha dado la verdadera dimensión a su gigantesca obra y como siempre ha venido pasando en nuestros países, a este valor criollo no se le ha reconocido su invaluable aporte a la consolidación y rescate de nuestras raíces.

Él está consciente de lo que ha hecho, de lo que significa para la cultura llanera, ¿pero estamos nosotros y los gobiernos de turno conscientes de eso?

Bueno, para terminar, no se si se dieron cuenta, pero en el resumen que hice sobre las diferentes épocas de la vida de don Augusto y sus canciones me salté deliberadamente la década de los noventa, es precisamente en los comienzos de los noventa cuando grabo una recopilación de siete de sus mejores canciones, la cual titulé Braquisimas, y es precisamente con esa recopilación que termino cantando para todos ustedes. (El ponente canta en vivo para el público presente)

2 comentarios:

Franklin Mendoza dijo...

Hermano gusto en conocerlo, gracias por el aporte a nuestra musica publicando trabajos como este. Me queda una duda y es que en biografia publicada por Sacven dice que el maestro Augusto nacio en Abril de 1918. Quisiera saber cual de los dos datos es el correcto si en abril o en septiembre. Gracias.

llanerito dijo...

Amigo Alberto Díaz, un gran saludo de Leyenda, Copla y Sabana, el programa musical de la llanura colombo-venezolana en Tunja-Colombia:
www.boyaca956fm.com (sábado 11:00 am a 13:00pm). Su amigo Armando Agudelo Colmenares.